jueves, 10 de noviembre de 2011

Julio

Agua clara corre en oscuros momentos
verano extraño de tormentas y cambios
preludio de hojas doradas, de rios quietos.

Largas y tristes horas en dias que no acaban
noches veladas de alma inquieta
El lugares nuevos viejas sensaciones,
nuevas sensaciones y viejas perdidas.

Tiempo esquivo que nunca tendremos
y esos nuevos lugares que no veremos
Como aquel tiempo que jamás tuvimos
y los lugares que nunca vimos.

El agua clara seguirá viajando
sorteando los calurosos veranos
las moribundas hojas dorando
y, como no,
a veces, nuestros ojos mojando...


sábado, 11 de diciembre de 2010

Y creció

Cada vaso lo saboreamos
cada manjar lo disfrutamos
juntos por la ribera de Isbilya,
donde los pescadores de antaño
o en los barrios de las arenas,
bajo el Santo Lorenzo,
u otro lugar que no merezca penas

Y vemos a la gente reir y soñar,
leer, pasear, jugar o charlar
y los imitamos
o a veces quizás,
algo les enseñamos
y siempre, en algún lugar
bien así juntos estamos.

Tu suavidad disfruto
cada vez mas sosegada,
mas tranquila, mas calmada,
observo como cambias
y transformas tu color,
de la oscuridad de antaño
a un mas vivo fulgor.
Y así tú me iluminas
cuando la oscuridad me invade
la rechazas, la alejas
... y le pones fín.

Y nació (cont)

Y viajaron juntos por rápidos y cascadas
con el ímpetu de las jóvenes aguas
voluptuosas y divertidas,
insomnes y animadas.

Se conocieron mas y mejor
como viendo al otro por
esa bola,
la que a todo el mundo le mola

Fueron esclavos del mar y del río
empujados por Pedro y Salvador
allá donde huele a hierba y flor
donde los pájaros aún cantan... y puedo verlos yo
donde el agua y los días a la par pasaron
y los recuerdos vuelven cada rocío

Mas no se deja libre a las aguas,
ni las aguas son del todo libres,
sequías merman la fuerza del río
y las presas su curso frenan
pero poco tiempo dura
y una vez las pruebas superadas,
ya fuertes, se ven con lejanía.
Como vemos los muelles en un río,
vemos también sus verdes riberas,
como las dificultades y las penas
acompañan también a la alegría.

Nunca todo es tranquilo y sosegado
pues podría ser en exceso aletargado,
tras cualquier recodo del camino,
inesperado en los meandros de este río.
aparecen nuevamente los rápidos,
las cascadas o un simple remolino.
Para recordar quienes somos
y disfrutar de nuestro encuentro
hasta el día que al fin besemos
juntos la orilla de una playa.

martes, 7 de diciembre de 2010

Negro y Blanco Mar

Negro y blanco el mar
mar vivo y salado
mar de regalo y recuerdo
juega con la orilla del mar

Cañas de sal
mejillón de azúcar
playa de mar
y frío Mistral.

Miran ese mar, su mar
-"hace frio aquí sentados, ¿paseamos?"
La arena se hunde bajo los piés
y apoyándose el uno en el otro caminan hacia el puerto.

La pluma viaja ¿quién sabe donde?
¿sabrá ella?... y se acerca
-"Que bonita, la traeré para tí" dice él
y ella se aferra a su mano

Se estira tras ella,
se deja acariciar
se escapa, se estira, le estira
salta, estira, se eleva,
la toca
y se elevan

-"Es bonito así el mar",
la pluma se lo enseña
viajan juntos sobre las olas,
mar de invierno,
negro y blanco mar

Cabalgan los vientos o los vientos les llevan
¿quien sabe?¿sabrá él?...
cada vez mas lejos, mas rápida
más alocada la marcha.

No es un viento común
temporal que azota y hiere,
que les golpea y ciega,
aturde y busca agotarles,
cansarles y separarles,
para que no sean uno
que su comunión se rompa

-"No te sueltes" -"Me canso"
-"Aguanta, no debe durar mucho"
-"No puedo, es demasiado"
-"Ten fé, juntos podremos"

Las manos se entumecen
y los músculos duelen
¡Tierra!
Se divisó al fín
la playa esta allí

Una playa esta allí
Cabalga los vientos
o los vientos le llevan... Sólo
está sólo

Recorre la playa y busca
entre los regalos y recuerdos
que le trae ese mar, su mar
que no, no lo es ya

Mar azul, arena blanca,
no hay viento ni ruge el mar
sol radiante el que apabulla
con el espejo líquido de la calma,
calma clara que aclara el alma
Alma herida por la perdida querida
calma
que sosiega el alma

La tempestad huyó
mas la paz al corazón no llegó
anhela el negro y blanco mar
ese mar, su mar
que ya nunca volverá.

Y nació

No nació allí donde Anibal pasó,
las aguas se miraron y una a la otra le habló
y miró, miró con ojos bellos y profundos
ojos que dijeron mas que sus labios

Y así se encontraron más abajo,
donde las bestias ensayaron sus danzas
y así danzaba ella que durante años hubo aprendido
y ése era su año como su año es en esta hora.

Con su mirada, su risa y su danza
atrajo hacia el río al otro agua,
agua que parecía dudar y resistir,
que bailaba y hablaba
pero no se acercaba,
que con un ojo miraba
mientras con otro observaba.

Eran conocidos y extraños
que entre ver y bailar
entre risa y charlar
fueron olvidando los daños.

Y algo tuvo que ver la buena ventura
pues en cuanto su suavidad sintió
la que aquel primer beso llevó
no pudieron más, que comenzar la aventura

durante el corto paseo no se hablaron,
apenas se miraron y sonrojaron,
como volviendo una vez mas a ser jovenes
y es que su viaje al mar
había vuelto a comenzar

Y como cada gota que renace,
siente en su interior
que no es su primer viaje
pero que tal vez será el mejor

(continuará)